El miércoles 27 de marzo de 2019 se colocaron las baldosas con los nombres de las militantes populares detenidas-desaparecidas o asesinadas por el Terrorismo de Estado que fueron alumnas de la escuela.
El acto contó con la presencia de muchísimos familiares, amigos y compañeros de dichas alumnas y con toda la comunidad del Normal 6.
Fue realmente conmovedor y emotivo, un antes y un después en la historia del Normal.
Gracias a todos los que colaboraron, gracias a todos los que estuvieron el miércoles. Sigamos en contacto y trabajando para seguir construyendo la memoria de nuestra escuela, la memoria de nuestro país!
Son 30.000.
Fue genocidio.
Mirta Alonso, Valeria Beláustegui, Mariana Belli, Graciela Beretta, María Magdalena Beretta, Gloria Dominguez, Alicia Eguren, Laura Feldman, Estela Gache, Liliana Goldenberg, Silvana Parrile, Bárbara Ramírez, Mónica Socolsky, Claudia Urondo, M. Adelaida Viñas, PRESENTES!! HOY Y SIEMPRE!!
Discurso brindado por Ana Feldman durante el acto:
"Aquí estamos,
otra vez, rompiendo ese pacto de silencio. Ese silencio que nos rodeó durante mucho
tiempo.
Silencio que
acompañó a nuestros padres en la búsqueda desesperada de sus hijos, nuestros
hermanos. Recorriendo cuarteles, hospitales, morgues… encontrando como
respuesta el silencio. Caminando las calles y preguntando… y el silencio.
Cruzando amigos y conocidos por la calle, que cruzaban para no tener que
hablar… ahí también sin respuesta el silencio.
Ese silencio se
rompió más rápidamente en algunos lugares, en algunas circunstancias, antes que
en otras.
El primer
quiebre fue, seguramente, el Juicio a las Juntas en el año 1985.
Sin embargo, no
alcanzó para romper ese silencio.
Yo regresé de
mi exilio a la Argentina en el año 1995.
Diez años
después de ese juicio y, sin embargo, el silencio persistía.
Salvo algunas
excepciones la gente no quería escuchar, temía que uno rompiera ese silencio,
que le recordáramos que en este país se había materializado el infierno y que
pocos, muy pocos, habían logrado salir de él.
El silencio,
como una neblina, seguía presente en nuestras vidas, en nuestros gestos, en
nuestras historias. El silencio como cómplice de la falta de Memoria.
Poco a poco,
con la participación de muchos, esa neblina ha seguido dispersándose y el
silencio es quebrado por el murmullo, la palabra, el clamor.
Los juicios de
lesa humanidad nos brindaron a las víctimas, un lugar donde contar nuestra
historia, sabiendo que ese espacio era el mejor, el de la búsqueda de Verdad y Justicia.
Estoy hoy aquí
porque se despejó otro espacio donde aún estaba esa neblina, ese silencio.
Estoy hoy aquí
con ustedes en el Normal n. 6, uno de los últimos bastiones – espero – de este
silencio.
Aquí vinimos algunas
de las personas que están hoy aquí, crecimos en estas aulas.
Yo hoy estoy
aquí porque soy la hermana de Laura Feldman, quien pasó gran parte de la
primaria entre estas paredes. Pero antes de contarles quién era Laura Feldman,
una de las fotos que acompañan las baldosas que pondremos en el día de hoy,
quiero contarles cómo era el Normal 6 en los años 70.
Esto nos
ayudará a entender por qué pasaron tantos años antes de que ustedes se
preguntaran acerca de las desaparecidas del Normal.
Yo cursé entre
el 3er grado de la primaria y el 1er año de la secundaria. En el año 1971,
estábamos bajo el gobierno militar de la llamada “Revolución Argentina”, cuyos
presidentes de facto fueron los generales Onganía, Levingston y Lanusse, yo
cursaba entonces el 1er año del secundario.
En aquél
entonces, a pesar de que estaba expresamente prohibido, organizamos un centro
de estudiantes en el Normal. Yo era la delegada / representante de las
estudiantes de 1ero 4ta.
Cuando estaba
terminando el año me llamó la Directora, como tantas otras veces, pero en esa
oportunidad me comunicó que no podía seguir cursando en esta escuela y que, en
lugar de echarme, me daba un “pase libre” para que me fuera a la escuela que
quisiera, lo que no podía hacer era quedarme.
Se sorprenderán
algunos de ustedes por esta noticia, pero deben saber que – en aquél entonces –
esta escuela era muy rígida en aquello que se consideraba “disciplina”. Era un
Normal de “señoritas” así que debíamos ser educadas, nunca alzar la voz y
vestirnos adecuadamente. El uniforme era estrictamente obligatorio e incluía,
además del guardapolvos (o delantal con pechera), medias tres cuarto azules,
mocasines o zapatos negros o marrones, vincha azul y cabello recogido con cinta
azul. Prohibido el pelo suelto y los pantalones. Si mal no recuerdo, hasta la
valija que usábamos debía ser marrón o negra.
Se formaba fila
antes de comenzar el día y cada vez que sonaba el timbre para entrar al aula.
En el recreo no se podía correr y había que comportarse “como una señorita”.
Esta escuela me
gustaba mucho, porque teníamos recursos que otras escuelas no tenían, como eran
los animales embalsamados o el laboratorio. Pero sufría mucho esta forma – a mi
entender irracional – de establecer las formas en las que se debía aprender.
Les dejo a
ustedes las conclusiones de por qué, después de tanto silencio, el Normal 6
decide rendirle homenaje a sus alumnas desaparecidas.
Y ahora,
después de contarles qué circunstancias atravesábamos, les quiero contar algo
de Laura. Cuando hablamos de Laura no hablamos sólo de ella, sino de tantos
chicos y chicas que creyeron que este podía ser un mundo mejor, que la
Argentina podía ser un lugar para todos, sin exclusiones.
El 18 de
febrero de 1978, cuando tenía 18 años, Laura fue secuestrada y llevada al Campo
de Exterminio “El Vesubio” cercano al puente 12 de la autopista Buenos Aires –
Ezeiza.
Luego de haber
sido tratada durante casi un mes de manera inhumana por su condición de militante
popular, mujer y judía, fue fusilada junto con otros 4 chicos en un descampado
y sepultada en una tumba NN del
cementerio de Lomas de Zamora.
Cinco balazos
le dieron, para luego abandonarla en ese descampado.
El silencio
entonces, esa niebla que cubría todo, impedía que se publicaran estos lúgubres
hallazgos.
Gracias al
Equipo Argentino de Antropología Forense recuperamos sus restos en el año 2009
y pudimos saber la verdad.
Laura militaba
como muchos otros chicos para que todos podamos vivir en un país mejor. Pero
Laura no era una chica diferente a los demás jóvenes de su edad y de esa época.
Le gustaba el rock nacional y las telenovelas. Soñaba con estudiar biología.
Laura estudió
parte del secundario en el Colegio Carlos Pellegrini y 4to y 5to año los hizo
en un colegio del barrio de Barracas, el Normal n. 5.
En esta semana
hemos recordado el más nefasto golpe de Estado que golpeó a esta, nuestra
sociedad.
Hoy más que
nunca tenemos que recordar, para no olvidar, para que no nos sometan nuevamente
al imperio de la desigualdad, del hambre, del maltrato, de la desocupación, del
aniquilamiento del aparato productivo de este, nuestro querido país.
Hoy estamos
aquí para homenajear a quienes pasaron por estas aulas, digamos juntos PRESENTES!
MIRTA MÓNICA ALONSO – PRESENTE!
VALERIA BELÁUSTEGUI – PRESENTE!
MARIANA CARLOTA BELLI – PRESENTE!
GRACIELA ALICIA BERETTA – PRESENTE!
MARÍA MAGDALENA BERETTA – PRESENTE!
GLORIA ELENA DOMÍNGUEZ – PRESENTE!
ALICIA GRACIANA EGUREN – PRESENTE!
LAURA ISABEL FELDMAN – PRESENTE!
ESTELA MARÍA GACHE – PRESENTE!
LILIANA INÉS GOLDENBERG – PRESENTE!
SILVANA PARRILE – PRESENTE!
BÁRBARA RAMÍREZ – PRESENTE!
MÓNICA GRACIELA SOCOLSKY – PRESENTE!
CLAUDIA JOSEFINA URONDO – PRESENTE!
MARÍA ADELAIDA VIÑAS- PRESENTE!
Sean ustedes,
jóvenes y docentes de estas aulas los garantes de la Memoria, la Verdad y la Justicia.
Por nuestras
chicas y los 30.000 digamos una vez más PRESENTE!"
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