Los papás de Valeria, Matilde y Rafael, tuvieron tres hijos: Valeria, que era la mayor, José (22) el del medio y Martin (18) el menor. Los tres hermanos están desaparecidos.
Luego Rafael, el padre, volvió a formar pareja y tuvo a Marina y a dos hijos más. Posteriormente, fruto de una tercera relación adoptó a Martina que hoy tiene 20 años.
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| Marina Belaustegui hermana de Valeria |
Cuando Valeria desapareció, Marina tenía 15 años, sin embargo son muchos los recuerdos que tiene de sus hermanos desaparecidos, especialmente de los vividos en la casa del Tigre, en la cual se realizaban muchas reuniones.
Recuerda por ejemplo que Valeria le enseñó a nadar, le ponía una vincha en la cintura y la agarraba de allí.
Valeria estaba en pareja con Pepe (Ricardo Waisberg) también desaparecido. Marina también lo recuerda a él, era muy pecoso y se destacaba porque algunas pecas eran azules (se decía que como consecuencia de que alguna vez le explotó una bomba de fabricación casera…)
Rafael viajaba mucho por que trabajaba una línea aérea. Marina recuerda un viaje de Valeria a Nueva York y la felicidad de aquel momento.
El papá era ateo y frondizista y Marina sostiene que “hizo lo que pudo” ante la desaparición de sus hijos. Fue muy grato para la familia, cuando Rafael comenzó a ser “un Padre de la Plaza” y también cuando escribió algunas cosas de las que fue viviendo (ver http://elecodetuspasos.blogspot.com/).
La pareja, secuestrada por fuerzas de seguridad el 13 de mayo de 1977 en San Antonio de Padua (Provincia de Buenos Aires). Junto con ellos fue secuestrada una hija pequeña de ambos, quien luego fue devuelta a la familia por la Policía de la Provincia de Buenos Aires, en la comisaría de San Antonio de Padua. Tenía un puesto un cartel sujeto al cuello que decía "Soy hija de Valeria Beláustegui". Tania fue criada por su abuela la cual le explicó todo desde el principio, peor sin duda es muy duro lo que tuvo que vivir.
Valeria estaba embarazada de 4 meses. También fueron secuestradas las parejas de José y Martin y una de ellas, Cristina, también estaba embarazada. Marina continúa buscando a sus sobrinos.
Marina vivió afuera entre 1983 y 1993, nos cuenta que es difícil elaborar lo sucedido, que la figura del desaparecido es diferente a la del muerto y que aún mira la cara de la gente que está en la calle pensando que pueda ser alguno de sus seres queridos.
En su casa hubo muchos allanamientos y por eso Marina se paraliza ante los gritos, aún hoy relaciona los gritos con los militares.
A medida que Marina fue creciendo se fue dando cuenta de que la mesa familiar del domingo era cada vez más chica, que allí donde deberían estar sus hermanos, cuñadas, sobrinos, etc. quedaban sólo ella y su papá.
Marina se recibió de Licenciada en Artes, especializada en dirección de cine y con una segunda carrera en humanidades. A través de este arte puede expresarse, tiene un guion escrito que es una historia de amor con sus hermanos y cree que cuando se realice la película será un gran aporte.
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